viernes, 14 de marzo de 2014

EL TEATRO BOJIGANGA

En la bojiganga ya hay dos mujeres, además del muchacho y los seis o siete actores. Con el número siete se acopla la enumeración de papeles que representaban en sus obras (seis comedias, tres o cuatro autos, cinco entremeses): un necio, un bravo, un mal sufrido, un porfiado, un tierno, un celoso y un enamorado. Rojas bromea al decirnos que la convivencia con cualquiera de estos tipos de personas sólo conduce a la infelicidad o la pobreza, pero ¿se refiere a los papeles ficticios o a los actores reales?. Con dos arcas y cuatro jumentos viajan de pueblo en pueblo, representando de noche o, durante las fiestas, de día. Nos dice, por primera vez, que estos cómicos comen bien, pero después, ambiguamente, deja caer su afición por acercarse excesivamente a los embutidos ajenos que se asan al fuego.

En cuanto al nombre que recibe tal compañía, bojiganga, hemos de decir que proviene del nombre de uno de los personajes que en ella solía haber. Éste sería una especie de diablo vestido con cascabeles que esgrime un palo con vejigas de vaca hinchadas. Durante su actuación, el personaje da grandes saltos, baila y sacude las vejigas provocando un gran estruendo (indoloro en el caso de que se golpee a otro actor), todo ello con la misión de asustar, animar o divertir. El capítulo XI de la segunda parte del Quijote, donde se narra el encuentro del caballero andante con un compañía de comediantes.

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